Tengo la cabeza llena de nombres que aletean como si buscaran su rama al atardecer Muchos han huido en un revoloteo del que nadie fue consciente, pájaros migratorios que, a veces, vuelven de su viaje Otros se han perdido en la noche o han caído bajo las garras de la lechuza A la lechuza, amigos, no se le escapa una.