No recuerdo la mayor parte
de mis cumpleaños,
los viajes de la infancia,
los hoteles
en los que dormí una sola noche,
las noches de fiesta,
las discusiones,
casi nada de lo que me cuentan,
muchas películas al salir del cine,
muchos libros al cerrar las tapas,
muchos poemas que me gustan
y querría recordar.
No recuerdo los rostros
y sus nombres,
los nombres y sus cargos,
los cargos y su altura.
Pero recuerdo haber deseado
mucho de lo que tengo.
Mucho de lo que me ha pasado
recuerdo haberlo deseado,
malo o bueno, no es esa la cuestión,
unas cosas conducen a otras
y al final, ya sabes…
Reconoce ahora, si te atreves,
que querrías desear menos
y recordar más.