No abras, que no es el aire
quien llama a puertas y ventanas,
quien sacude los toldos
y las lonas del andamio.
Es un desconocido que arde en fiebre
y viene a robarle su fruto a la higuera,
el verde al jazmín
y al hibiscus la flor.
Es el mayordomo del desierto,
su valet bien entrenado,
cubierto de polvo y calamidad.
¡MENOS GASTO EN PETRÓLEO Y MÁS INVERSIÓN EN RENOVABLES YA!