Este amanecer no es nuevo, es el de siempre,
el mismo rostro fantasmal de un sol de invierno
condenado a mostrarse ante los hombres,
atravesando meridianos, hasta el fin de los tiempos.
Este amanecer no es nuevo, es el de siempre,
el mismo rostro fantasmal de un sol de invierno
condenado a mostrarse ante los hombres,
atravesando meridianos, hasta el fin de los tiempos.