Esta mañana creo haber batido el récord de pérdida de chancla en piélago de chicle. Imaginándome dueña de tal galardón, me he venido arriba y me he puesto a imaginar un método para proteger mi propiedad intelectual. Este es el resultado, bien sencillo: cuando se te ocurra una idea, ponte un bolso en la cabeza, deja que la idea se filtre en su interior, cierra bien el bolso y apriétalo fuerte bajo el brazo. Si el bolso vierte a dos aguas, mejor, para evacuar los posibles chaparrones. Las ideas mojadas son un asco.
(NOTA: conservar el chicle en el zapato para no perder el contacto con la realidad)